En defensa de Luce, la mascota anime del Vaticano.

Esta será una opinión más o menos breve y dado que la noticia es muy reciente todavía hace falta ver mucho de cómo es recibida a mediano plazo la campaña y si obtiene los resultados que la Iglesia espera pero de momento hago una pequeña defensa de lo que me parece una muy buena iniciativa por parte del Vaticano y responder un poco a los críticos.

La noticia es bastante sencilla: para el Jubileo de 2025 el Vaticano reveló hace unos días a la mascota oficial del evento, un personaje estilo animé llamado Luce creado por la empresa Tokidoki, específicamente por el artista Simone Legno con la idea de llegar más jóvenes a través de que la Iglesia tenga presencia en la cultura popular que tanto les apasiona y no es ninguna casualidad que con la enorme popularidad que ha tenido en años recientes el animé y el manga a nivel mundial el Vaticano haya optado por esta iniciativa, incluso presentando a Luce y otros personajes de forma oficial en una convención de cómics y videojuegos en Italia llamada Lucca Comics and Games e incluso estará en una exposición católica en Osaka, Japón.

La noticia, como era de esperar, se hizo viral muy rápidamente y en cuestión de horas Luce y el Vaticano ya tenían sinfín de memes y fanarts. Para muchos fue una noticia curiosa donde lo más que se vio es una muestra de el alcance que ha tenido el animé y el manga si hasta la Iglesia Católica ahora trata de apelar a jóvenes con un personaje como la peregrina Luce y se podría decir que resonó positivamente con muchos católicos jóvenes, en especial los católicos que disfrutamos bastante de todo este mundo de lo friki y geek. Sin embargo, Luce y el Vaticano recibieron no pocas críticas de parte de un sector quizá minoritario pero vocal (en especial de un sector bastante tradicionalista) que les pareció una campaña terrible.

Las críticas llegaron donde gente decía sin ninguna base y comportándose como si fueran fanáticos del pastor Josué Yrión cosas absurdas como que el nombre de Luce era alguna referencia a Lucifer o que sonaba así si leías “Luce and Friends”, otros ignorando por completo el idioma italiano diciendo que Luce al terminar en “e” era referencia a que el personaje es no binario cuando es “luz” en italiano, y muchas donde criticaron que la Iglesia tuviera que recurrir a “muñecos” para atraer a los jóvenes a la Iglesia afirmando que nuestra Iglesia tiene suficientes santos inspiradores para los jóvenes y que podían servir de ejemplos a seguir afirmando que era infantil y ridículo y una especie de ataque a la institución recurrir a un personaje ficticio y hasta personas que cometieron el ridículo de ignorar por completo lo que es en publicidad y mercadeo una mascota y llegaron a decir que era alguna referencia horrible que usaran el término de “mascota” para referirse a un personaje de una niña diciendo que era denigrante y ofensivo cuando el concepto de una mascota es básico en la comunicación y en la publicidad para referirse al personaje que representa una marca, institución o campaña, como todos los personajes que tiene cada uno de los mundiales de fútbol y un sinfín de marcas de cualquier producto. Otros diciendo que el perro teniendo una pañoleta verde era una forma de decir que la Iglesia está a favor del aborto o que arcoíris es señal de LGBT o cosas por el estilo. Casi todo basado en ignorancia, conjeturas absurdas y básicamente buscar problemas o mensajes ofensivos donde no los hay.

La empresa incluso publicó una guía donde se explica con bastante detalle qué indican los simbolismos de cada cosa en el diseño de Luce y hay varias cosas que incluso son referencias a San Roque e iconografía católica, cosas que demuestran que hubo un trabajo previo de vincular la mascota con símbolos y referencias cristianas. El verde es meramente una coordinación de color y referencia al mismo logo oficial del Jubileo de 2025. Si el verde ya es suficiente para decir que algo es pro aborto cancelen inmediatamente todo lo relacionado al día de San Patricio en Irlanda.

Ahora bien, hay críticas que encuentro más entendibles y que se pueden discutir, como que la empresa Tokidoki ha elaborado productos y diseños para el mes del pride (asunto que podemos discutir pero creo que la Iglesia incluso ha tenido buenas relaciones con artistas que han elaborado productos que criticarían muy fuerte pero han hecho también grandes obras sobre la fe como el caso de Martín Scorsese, quien a pesar de dirigir películas bastante violentas de mafiosos y la polémica La Última Tentación de Cristo, dirigió una de las más grandes películas de temática religiosa con Silencio teniendo incluso contacto directo con el Vaticano) pero a la que me quiero referir es la siguiente:

La crítica de que la Iglesia, teniendo tantos santos que podrían servir de gran inspiración y modelo a seguir para los jóvenes como Carlo Acutis, Don Bosco, Juan Pablo II y pare usted de contar porque nos podríamos pasar horas hablando de cada uno, tuviese que recurrir a la ““infantilada” y “tontería” de hacer una mascota de animé como si el ejemplo y sacrificio de tantos santos que incluso dieron su vida por los jóvenes y por Cristo no fuera suficiente y que es una burla que tenga que atraer a jóvenes a la Iglesia con un personaje ficticio.

Entiendo totalmente por donde va la crítica, pero creo que la gente subestima la cultura popular puede ser un gancho muy poderoso para atraer a alguien hacia la fe, donde pueden entrar por una serie, una película, un videojuego, un manga o un cómic o en este caso una mascota y quedarse luego por la religión y la fe abordada de una forma que va mucho más allá. Lo sé, porque en buena parte es mi caso y en gran parte es uno de los motivos de porqué inicié Venciendo Dragones como proyecto de evangelización digital.

Es una historia larga, pero tratando de resumir al menos a lo que quiero llegar en relación a llegar a la fe por medio de la cultura popular es que una de las principales cosas que hizo que me interesara por el catolicismo fue haber visto hace muchos años el anime de Samurai Champloo, donde uno de los principales temas que hay de fondo en la historia y sobre todo una parte central del personaje principal, aunque no explorada a detalle, fue la persecución de los católicos japoneses hasta casi el punto de erradicación y especialmente lo intenso que fue para los cristianos clandestinos el martirio y las persecuciones después de la Rebelión de Shimabara. La serie definitivamente retrató a los católicos bajo una luz positiva, a los samurais que los perseguían como unos burócratas crueles, malignos y corruptos y la persecución del cristianismo como una tragedia muy inquietante, presentando a mucha personas, incluyéndome, una parte de la historia japonesa y católica que relativamente pocas personas saben que pasó.

El recuerdo de esa tragedia histórica fue lo que hizo que me llamara poderosamente la atención la novela católica de Silencio de Shusaku Endo y también en la película de Scorsese. Me fascinó y conmovió tanto la historia de la persecución de los católicos japoneses y de los mártires que fue sin duda el inicio del efecto bola de nieve que finalmente hizo que me interesara por la historia de San Francisco Javier, Santa Magdalena de Nagasaki, San Ignacio de Loyola, San Agustín de Hipona, Santo Tomás Aquino o beato Carlo Acutis, y aunque ciertamente mi historia de conversión es mucho más compleja que eso, un anime fue la introducción a un momento histórico que jugó una influencia clave en hacer que me convirtiera al catolicismo y abandonara el ateísmo al punto en que probablemente nunca habría sido católico sin haber visto Samurai Champloo hace tantos años, pues el mensaje o la referencia a la fe y el sacrificio de los mártires y los cristianos clandestinos llegó por medio de mi interés por la cultura japonesa y, en ese momento, el animé. Y eso que me considero un católico relativamente tradicionalista y crítico del modernismo.

Uno de los autores más devotos a nuestra Iglesia fue J. R. Tolkien, quien a través de sus historias de fantasía épica y aventuras llevó a muchísimos jóvenes al catolicismo al tener sus novelas e historias y personajes llenas de temáticas católicas y cristianas implícitas. Al punto en que incluso hay sociedades católicas Tolkien donde incluso participan sacerdotes. ¿Debemos descartar las conversiones y la evangelización a través de la fantasía de Tolkien? Claro que no, pero esas misma persona dicen que la iniciativa de Luce es algo horrible.

Como alguien que trata de promover los valores católicos a través de analizar la historia, temas y personajes en cultura popular, que he escrito una novela de fantasía y terror inspirado en parte en Tolkien y que espero algún día ser catequista o evangelizador, la campaña del Vaticano es excelente para llegar a muchos, algo que resuena incluso con los proyectos de evangelización de Matt Fradd como Catholic Lo-fi (un proyecto de música de lo-fi beats de temática católica que es de lo mejor que he visto y escuchado con muchísimas ilustraciones muy bonitas estilo Ghibli) y el podcast de Pints with Aquinas.

Puedo entender lo que dicen los críticos, pero la representación del catolicismo en la cultura pop y un medio que disfruté tanto en su momento como el animé hizo que me interesara saber mucho más sobre la religión más allá de lo que muestra la serie, la película o la mascota. Sí, alguien no debería quedarse solo con eso y no ir más allá, alguien no debería quedarse únicamente con alguna ilustración o mercancía de Luce y no preguntarse con seriedad lo que representa y a la institución que promueve y la fe que nuestra Iglesia quiere compartir, pero si hay tan solo unos cuantos jóvenes que al ver al personaje se interesan en asistir a un evento a la Iglesia, averiguar quién era San Roque (la referencia del perro de Luce), qué es un peregrino y por qué hace su peregrinaje y qué es y cómo se reza el rosario que ella carga en su cuello mientras ora a la Virgen María por su intercesión hace que la campaña valga la pena.

Como algo curioso, hace algunos años la Cruz Roja hizo una campaña de donación de sangre en Japón y los donativos de jóvenes se incrementaron de forma notable cuando se hizo una ilustración colaborativa oficial donde el personaje Uzaki-chan fue utilizado como mascota para la campaña.

Sé que para muchos esto no les hace cambiar de opinión, pero solo piensen en que el personaje ha despertado más discusión sobre la fe que hasta la nueva encíclica del Papa Francisco o el documento final del Sínodo.

Hubo cierto comentario en ACI Prensa en la publicación donde se daba la noticia del personaje Luce que los jóvenes tienen que adaptarse a la Iglesia y no al revés, y creo que si seguimos con esa forma de ver las cosas no podemos quejarnos de porqué tanta Iglesia está vacía y cómo se han perdido tantos en hedonismo y falsas ideas y caminos fuera de la virtud y el carácter heroico que los llevan al sufrimiento cuando el mal, las tentaciones y el pecado sí se ha adaptado precisamente a los gustos del jóven y tristemente ha triunfado bastante.