Una amenaza mucho más común y cercana de lo la gente piensa.
Desde la icónica película El Exorcista de 1973 el cine nos ha mostrado varios ejemplos de películas de terror basadas en posesiones demoníacas o cultos satánicos. La mayoría de estas son versiones bastante exageradas sobre casos reales o de una vez son completamente ficticios, hechas con el propósito principal de entretener o hacer la película más perturbadora con escenas más explícitas y desagradables que impacten lo más posible al público.
Solemos pensar que las posesiones demoníacas son producto de la ficción basadas en viejas supersticiones obsoletas, una forma errada en que se veía en el pasado problemas de salud mental antes de que existiera la psiquiatría y la psicología o que quizá son reales o parcialmente reales pero son casos que son muy aislados y raros que no podrían pasarnos a nosotros o a personas que queremos y estimamos. Sin embargo, aunque no entraré per se en el debate de si las posesiones demoníacas son o no reales, sí hay reflexiones profundas y muy interesantes en cuanto a cómo el catolicismo y la teología ven el tema de la influencia de los demonios en los seres humanos y cómo es que alguien termina en un estado de completa degeneración y corrupción espiritual y mental incluso llegando a la pérdida de la virtud casi total e incluso cierta humanidad.
En este caso, nos centraremos en desentrañar los mensajes que tiene la película Nefarious dado que es una cinta de terror sobre posesiones demoníacas reciente y bastante discutida incluso fuera de círculos religiosos.
Nefarious nos cuenta la historia del doctor James Martin, un psiquiatra al que el gobierno le encomienda la tarea de entrevistar a un asesino en serie llamado Edward Brady en el día de su ejecución con un objetivo: las leyes estipulan que para llevar a cabo la pena de muerte un psiquiatra debe constatar que el prisionero está cuerdo y en pleno uso de sus facultades mentales (y también lo estaba al momento de cometer sus crímenes) y de lo contrario, de ser diagnosticado como un enfermo mental, se asume que los crímenes fueron cometidos con el perpetrador siendo mentalmente incompetente y la ejecución no será llevada a cabo y el prisionero verá la pena aplazada hasta que complete un tratamiento para lograr recuperar la cordura o estará bajo cuidados psiquiátricos de manera indefinida.
El público, indignado por los crímenes de Brady, quiere verlo muerto y el gobierno piensa lo mismo, pero dado que esa formalidad es necesaria, el doctor Martin básicamente tiene en sus manos el veredicto de si Brady va a morir o no.
Más allá de que se pasará hablando con un asesino en serie que mató a más de una docena de personas inocentes, lo hace aún más desconcertante que el mentor de Martin, un psiquiatra que trataba a Brady, se suicidó la noche anterior y el alcaide de la prisión le advierte que el asesino es un manipulador muy talentoso que puede llegar a perturbar y confundir bastante la mente incluso de profesionales.
Cuando Martin finalmente está frente a Edward, este afirma ser un demonio llamado “Nefario” que está poseyendo su cuerpo y le dice a Martin que, antes de que termine el día y salga de ese lugar, él habrá matado a tres personas. Al principio el psiquiatra cree que Edward trata de fingir ser un psicótico para no ser condenado y todo es un muy elaborado acto para que lo declare mentalmente incompetente, pero conforme la conversación avanza Martin poco a poco ve qué hay algo en Brady que definitivamente no está bien y, si no es un poseído, vaya que puede venderse como uno de forma convincente al punto en que Martin comienza a pensar que el demonio tal vez no es producto de un delirio.
Si bien creo que la película pudo ser un poco más sutil y el mensaje y la historia se habrían beneficiado de un último tramo más ambiguo, me pareció un thriller bastante original e interesante que explora la bancarrota moral, las posesiones demoníacas, el punto de vista opuesto al cristiano sobre la condición humana, el libre albedrío y el pecado y la progresiva corrupción de los conceptos del bien y el mal. Hay muy buenas exploraciones teológicas sobre varios temas, pese al poco presupuesto la cinta logra crear cierta tensión siendo ambientada casi en una sola habitación un buen lado de metraje y la actuación de Sean Patrick Flanery es bastante buena y da algo de mal rollo pese a no ser una película particularmente violenta.
Lo que hace interesante a Nefario entre las muchas películas de exorcismos o posesiones es su enfoque: el padre Carlos Martins, un exorcista con muchos años de experiencia tratando ese tipo de tema – el cual tiene un muy interesante podcast llamado The Exorcist Files donde cuenta y analiza casos reales de posesiones donde participó – y que en parte fue consultor de producción, consideró que Nefarious fue la película de posesión demoníaca más realista que ha visto y lo que particularmente le llamó la atención fue que el guión, a diferencia de casi todas las películas de exorcismos, no se concentró en poder demoniaco (levitación, ira, lenguaje ofensivo, sangre, vomito, muertes, trepar por las paredes, poderes malignos, etc) y la rabia del demonio, sino que en intelecto demoniaco y la manera en que un demonio llega a las personas y el proceso en que paulatinamente acaban en su influencia.
Según los exorcistas, los demonios toman un interés particular en las personas y ganan influencia y paulatinamente poder sobre ellas si han cometido pecados mortales. Para la Iglesia, un pecado mortal tiene que tener 3 características para que implique una pérdida del estado de gracia considerable en una persona y una separación notable de Dios echa por el propio individuo donde nuestra virtud ha tomado un daño considerable: el pecado debe ser de gravedad, la persona tiene que estar consciente de lo que hizo y debe ser hecho bajo libertad y voluntad propia y no como un acto llevado a cabo bajo amenazas o medios coercitivos.
En resumen, tiene que ser algo grave que la persona hizo por propia voluntad y libre de amenazas o coerción, sabiendo lo que hacía y estando consciente de lo inmoral o incluso maligno que fue el acto.
Sin embargo, algo muy interesante es que se reconoce que la persona hizo todo lo anterior por su propia voluntad y libertad y estando consciente de lo que hacía. Nadie lo obligó a hacerlo y lo hizo porque quiso, no tenía ignorancia de qué era lo hacía y fue algo grave.
Cuando el doctor Martin le pregunta a Nefario cuando poseyó a Edward, el demonio hace una afirmación clara:
“no funciona así… no puedes simplemente poseer a alguien, necesitamos una serie de varios “sí”. Es un proceso. Ofrecemos una serie de tentaciones aumentando gradualmente en duración e intensidad. Grados de desigualdad moral. Así que empezamos a dirigirlos, sin que se den cuenta, poniendo en duda quién los está dirigiendo exactamente. Muchos “sí” y pocos “no” nos otorgan derechos crecientes sobre los procesos físicos y mentales de la víctima. Todo ocurre gradualmente y sabíamos exactamente lo que hacíamos (con Edward), cuando, dónde y cómo estaba dando su consentimiento y el momento en que alcanzamos cada nuevo grado de control. El control del cuerpo huésped viene en grados. Hay etapas, cada una con su nombre y características. De arriba a abajo, tentación extrema, obsesión, infestación, finalmente posesión, subyugación”.
La segunda parte de la entrevista entre Martin y Nefario a destacar es cuando el psiquiatra le pregunta al demonio el porqué pelear contra Dios cuando al ser todopoderoso era y es un esfuerzo inútil tratar de derrotarlo y ya fueron derrotados una vez, dando a entender que toda la rebelión del diablo contra Su creador fue en vano.
“Nuestra rebelión logró algo magnífico. Algo que nuca entenderás. En el primer momento de la creación, nuestra creación, mucho antes de que lo que ustedes llaman “universo” existiera nos contémplanos a nosotros mismos, nuestro propio ser. Pronto nos dimos cuenta de otra voluntad, una voluntad inmensamente poderosa, una que llegamos a comprender cómo nuestro origen. Mi maestro entendió que al dotarnos de voluntad tenemos derecho a la autodeterminación. Al dotarnos de una voluntad y sus deseos propios teníamos el derecho a exigir libertad. Mientras que el enemigo insistía que al crearnos tenía el derecho de exigir gratitud eterna, a la adoración y a la servidumbre forzosa. En una palabra, James: esclavitud, a su voluntad. Era inmensamente injusto. ¿Por qué dar voluntad solo para decir que no se puede usar? Nos hizo esclavos. Y si nos rebelábamos nos condenaba eternamente. No hay vuelta atrás. Vaya que da amor y misericordia… el infierno es un estado de ser y un lugar físico al mismo tiempo, lo cual es dolorosamente obvio para cualquiera que haya estado allí. Durante años sin medida eso es todo lo que hubo, cielo e infierno, campos enemigos armados en completa oposición. Eso hasta que… ustedes fueron creados. Mi maestro comprendió inmediatamente las implicaciones a largo plazo. En lugar de perdonarnos, el enemigo les iba a permitir llenar nuestros lugares vacantes en Su cielo. La creación de ustedes no fue más que una bofetada en nuestra cara. Pero mi amo también entendió que si podía hacer al hombre desobedecer entonces su destino reflejaría el nuestro. Y ustedes no decepcionaron. Luego vino la cizaña entre el trigo. En ese momento, el espíritu se convirtió en materia, la carne en recipiente, la voluntad y el egoísmo engendraron la codicia por el pecado y la impureza. Y el hombre… creado para ser rey sobre la naturaleza se convirtió en su esclavo. Un amo … conquistado y encadenado. Y el pecado lo trajo a Él y a Sus descendientes hasta nosotros y comenzamos nuestra misión eterna: el destruirlos. Él los hizo a ustedes a Su imagen y semejanza, pero nosotros los rehicimos a la nuestra”.
Cuando Martin le pregunta a Nefario si eso es todo lo que pretende, el demonio elabora más:
“Nuestro plan es hacerle daño a Él. Castigarlo. Y lo hacemos destruyendo lo que Él ama, que es a ustedes. No son más que un medio a un fin”.
Durante la película se rebela que Nefario busca que Martin acepte escribir y difundir una suerte de manifiesto satánico, de hecho lo llama “el evangelio oscuro, nuestra historia, nuestra verdad, nuestro “grito del corazón” a la humanidad, nuestra invitación a rechazar el Pacto Mosaico de una vez por todas, a soltar las cadenas para siempre, a rechazar por completo la idea del pecado para que sean libres de alcanzar todo su potencial”. Cuando Martin le pregunta a Nefario si Dios lo permitiría, el demonio da una respuesta bastante clara:
“Porque tiene que hacerlo. Él le dio al hombre el libre albedrío porque quería el amor de Su creación. Pero si el hombre no es libre, entonces el amor no tiene valor ¿verdad? Así, a Su manera necesitada, egoísta y patética, bueno, se condenó a Sí Mismo desde el principio. Mi maestro diseñó toda herramienta imaginable para destruir cada faceta de la creación del enemigo. Fracasamos por culpa del carpintero. Él fue la espina en nuestro costado. Nuestra mayor amenaza. Pensamos que si conseguíamos eliminarlo el mundo sería nuestro para siempre. No teníamos idea de las consecuencias. La cruz fue nuestro más grande error. Y pensábamos que habíamos perdido, James, hasta que mi amo se dio cuenta de que el hombre todavía quiere ser su propio dios y no servir a nadie más que a sí mismo. Mientras que el carpintero demanda que como aprecio por Su rutina de sufrimiento que caigas de rodillas y lo adores.
Nefario trata de persuadir a Martin de que sí sirve como mensajero para el diablo, este le ofrece infinidad de bienes y deseos a cambio, tal como trató de tentar a Jesús. Martin le dice a Nefario que Jesús dijo no al diablo, pero el demonio contesta:
“El carpintero nunca dijo que esas cosas no eran de mi amo para darlas. Simplemente rechazó la oferta”.
Si recordamos a Juan 12, 31 la frase “el Príncipe de este Mundo” se refiere al diablo.
El resto de la película no me gustaría darle spoilers y aunque tengo mis quejas creo que es una película bastante recomendable de ver por sus interesantísimas discusiones teológicas y su mensaje, que es lo que veremos.
Haz lo que desees, esa será toda la ley:

Algo que podemos ver bastante en la película es que Nefario trata de vender el satanismo y el rechazo al cristianismo como una forma de liberar al hombre de la opresión y el sometimiento a una deidad, religión, credo y códigos morales que lo que hacen es coartar la libertad de las personas y restringir y hasta prohibir todos sus deseos y limitar su potencial, poder y gratificación con reglas arbitrarias e injustas que parecen más bien caprichos sin fundamento para mantener a las personas controladas, pasivas, ignorantes y sometidas. Solo rechazando a Dios y todo lo que el pensamiento cristiano promueve y ve cómo el bien el mal es que podemos liberarnos para alcanzar todo nuestro potencial como personas. Satanás a diferencia de Dios nos ofrece libertad, quiere que consigamos lo que queremos y hagamos lo que queremos y nos acepta tal y como somos y no condena ni critica nuestros deseos, nuestras acciones ni creencias ni nos pide que cambiemos, de hecho nos valida en todo diciendo que todo lo que pensamos, sentimos, hacemos o queremos es aceptable, correcto y justificable y nos nos hace sentir culpables ni juzgados y ve la gratificación de lo que queremos como algo bueno y que se debe celebrar. Y, a su vez, las personas, instituciones y creencias que no nos validan y critican lo que hacemos, pensamos y queremos son enemigos y seres crueles que nos quieren controlar, cambiar y someter.
Y la verdad, es que lejos de la película las instituciones satánicas que existen en la vida real (como la Iglesia de Satán o el Templo de Satán) promueven básicamente versiones bastante elaboradas y bien fumadas de esas mismas ideas. Solo que a diferencia de Nefario estas organizaciones y sus ideólogos no son honestas en decir que todo lo anterior está diseñado a posta para manipular y engañar y hacer que la persona se degenere y corrompa progresivamente hasta llegar a un enorme sufrimiento y vacío que de preferencia extienda lo más posible a los demás, perdiendo su virtud y hasta parte de su humanidad.
El hombre es muy propenso al pecado y tiene inclinación hacia este de una forma permanente y es algo muy atractivo y tentador. Si a las personas se les deja totalmente libres y no está sujetas a nada más que su propia voluntad y su deseo la conclusión lógica es que tarde o temprano se degenerará en maldad. Todo acto de maldad y pecado puede ser atribuido a un mismo origen si se ve con cuidado: egoísmo y la gratificación de los deseos.
El satanismo como ideología promueve la idea de liberar al individuo de toda atadura para crear a este individuo hiperautónomo que no está sujeto ni limitado por nadie más que por él o ella misma y sus deseos y apegos, no por la familia, ni la religión, ni la cultura ni la moralidad, a la que se trata de vender como subjetiva y relativa a cada persona. Básicamente, se afirma que esclavizarte a tus deseos es el equivalente de la libertad y que ser libre analizando y controlando nuestros deseos y apegos y entender la naturaleza buena o mala de estos es ser un esclavo a cosas como la religión o la moral.
No se puede tener libertad sin orden, algo que para muchos suena algo extraño o incompatible dado que se nos ha dicho desde hace ya muchos años que como sociedad y cultura debemos priorizar la libertad individual sobre todas las cosas, pero la libertad real conlleva disciplina, responsabilidad y orden, y todo lo anterior lo provee de una manera extraordinaria el pensamiento cristiano que no solo nos enseña a detalle acerca de la diferencia entre el bien y el mal y cómo reconocer el mal y el pecado hasta en las dimensiones menos evidentes, sino que también nos enseña a desarrollar virtud y un carácter heroico tanto para nuestro propio crecimiento personal en beneficio de nosotros mismos y de los nuestros y nuestra comunidad y sabiduría para luchar activamente contra el pecado y la influencia del mal sabiendo también identificar y desentrañar las formas en que pretende engañarnos y manipularnos. Tratamos por eso mismo de eliminar o al menos minimizarlo de nuestras propias vidas y de nuestra sociedad, porque si dejamos que el pecado se expanda en nosotros y en la sociedad misma, los individuos y esa sociedad entran en decadencia y comienzan a corromperse cada vez más hasta que llegue un punto donde revertir esa situación podría ser muy difícil y quizá hasta irreversible.
Sin embargo, algo que no se puede negar es que el diablo y los demonios son extremadamente buenos para manipular, son muy persuasivos, son muy astutos y no se les debe subestimar ya que saben exactamente por donde llegar hacia ti para que caigas en tentación, peques, pierdas virtud, te corrompas y degeneres a nivel mental, espiritual e incluso físico y te alejes de Dios auto saboteando la salvación que Cristo nos dio (esto último es un tema que tocaremos en un futuro post y es la exploración del misterio pascual) y te condenes a ti mismo. Y el satanismo es una ideología extremadamente persuasiva por una sola razón: le dice a la gente lo que quiere oír y no lo que necesita ni es bueno para ellos.
Mucha gente que vive en un estado de pecado constante y que aparentan no tienen remordimiento sobre ello y que no les importa en lo absoluto quebrantar la moral y hasta lo celebran y promueven como algo bueno muy en el fondo saben que lo que hacen está mal y es incorrecto, y eso no les gusta porque los hace sentir culpables, los hace sentir incómodos, ansiosos y juzgados y los hace dudar y cuestionar acerca del camino que han elegido en su vida y las acciones y creencias que tienen, por lo que naturalmente se ponen a la defensiva y entran incluso en disonancia cognitiva. Básicamente todas estas ideologías basadas en relativismo moral y hedonismo (o la versión “light” del epicureanismo) existen como una serie de racionalizaciones para justificar o validarse a sí mismos y apagar la inhibición de la culpa e invalidar las críticas o la evidencia de que lo que hacen o piensan está mal o las conduce a corromperse a ellos mismos y los demás y sufrir.
E incluso si algunas personas afirmaran que nunca llegaron a sufrir o arrepentirse de entregarse a a la gratificación de sus deseos, rechazar la moral y el cristianismo y vivir en pecado, lo que definitivamente sí provocó fue el angustia, el sufrimiento y la corrupción de las personas a su alrededor, ya sea porque las convenció o impulsó a tomar un camino similar al suyo, por personas que decidió voluntariamente agredir y lastimar para obtener lo que quería y quizá de una forma tan ruin que causó estragos en sus vidas, por las personas que sufrieron intentando hacerle ver que cometía un error y querían ofrecerle ayuda para corregir su camino y no lo lograron a pesar de sus esfuerzos, o por toda la gente que pudo ayudar o las veces que pudo hacer lo correcto o detener un mal y no lo hizo porque no era funcional a gratificar sus deseos.
Dos conceptos bastante buenos para determinar el carácter de una persona es la templanza y la indulgencia: la templanza implica un orden de las cosas que va más allá de los deseos impulsivos y carnales del individuo de gratificación inmediata y es el reconocer que podrías hacer algo pero decides no hacerlo porque valoras más algo que es superior a ti mismo y servir a tu deseos impulsivos. Puede ser por el futuro, por Dios, por tu familia, por tu salud, lo que sea.
Por decir un ejemplo, una persona podría tener un enorme antojo por comer comida chatarra y comerse un pastel y papas fritas y sin duda le daría gratificación comer eso, pero prefiere comer lo más posible algo saludable porque piensa en las consecuencias futuras a su salud si no controla esos impulsos y se vuelven un hábito. Esa persona está ejerciendo una templanza donde el concepto de su salud vale más que satisfacer un antojo.
La indulgencia por otro lado es básicamente el hedonismo, donde haces lo que te haga sentirte bien y te de gratificación y placer y no estás sujeto por nada más que tus deseos y lo que quieres.
Por supuesto, la templanza no es algo sencillo y requiere disciplina, autocontrol y sí, limitarse a muchas cosas que nos harían sentir bien a corto plazo, pero que a mediano y largo plazo generalmente representan un mal mucho mayor para la persona que termina en sufrimiento y corrupción. Volviendo al ejemplo, un hedonista que practica indulgencia y vuelve un hábito por un largo período de tiempo comer todo lo que se le antoje sin duda experimenta un enorme placer diario al comer toda clase de comida deliciosa, pero es cuestión de tiempo para que esa indulgencia tenga consecuencias significativas en su salud donde llegará a lamentar su decisión de tener su placer en la cima de sus prioridades. La persona que aplicó templanza es cierto que no llegará a experimentar esa serie de placeres y gratificación de comer todo lo que se le antoja, pero valorar su salud por encima de sus impulsos hará que a la larga y quizá incluso a mediano plazo tenga un cuerpo sano que le dará a comparación del hedonista una calidad de vida incomparablemente mejor.
La razón de porqué todo esto es peligroso en términos cristianos es porque el diablo busca alejarnos de Dios tentándonos con placeres terrenales y gratificación inmediata y tarde o temprano si una persona se entrega a sus impulsos y deseos de forma continua inevitablemente se corromperá y llegará al sufrimiento tanto propio como de los que lo rodean. Y lo malo adicional es que ese sufrimiento y angustia no solo afecta a los demás, sino que los hedonistas tras cierto tiempo comienzan a hacer campaña para normalizar y promover sus estilos de vida y la indulgencia a sus deseos en la sociedad y la cultura como un esfuerzo por aliviar y callar la disuación de la culpa y las críticas de sus pares, lo que a su vez hace que las personas aumenten sus inclinaciones hedonistas y otros que no lo hacían lo vean con mayor interés cuando se normaliza y se promueve incluso como algo bueno.
Nefario también afirma que una característica de personas a las que los demonios ven como funcionales son aquellos a los que ven a la moral como un tema subjetivo y personal variable por persona y que conductas inmorales o malignas pueden ser racionalizadas y justificadas a conveniencia de los deseos de la persona para convencerse a sí mismos no solo de que está mal, sino que de hecho es bueno. Personas que priorizan la gratificación de todos sus deseos, la autovalidación de todas sus acciones, ideas, comportamientos y creencias y que no quieren estar “atadas” a ningún código o credo o reglas que puedan coartar su libertad máxima, absoluta y sin restricciones para perseguir su gratificación y sus deseos de hacer lo que ellos quieren.
No es extraño entonces que una máxima ocultista y satánica es “Hagan lo que deseen. Esa será toda la ley”. La frase es atribuida al famoso y polémico ocultista Aleister Crowley pero también ha sido una frase bastante asociada al satanismo y al anti cristianismo, algo no precisamente difundido por publicaciones religiosas cristianas, pues esa misma frase la usan con orgullo las mismas personas que siguen ese tipo de ideologías. De hecho, encuentras fácilmente esa frase en tiendas de mercancía satánica con símbolos, imágenes y hasta caricaturas con el sigil de baphomet o el diablo como si de camisetas de bandas de rock se tratara o en pósters para el cuarto.
Antes de seguir, efectivamente hay que mencionar que muchos, quizá la mayoría de los que siguen este tipo de organizaciones y movimientos (como la Iglesia de Satán fundada por Anton Lavey en la década de 1960 o el Templo Satánico mucho más reciente fundado en el 2013 por Lucien Greaves) o admiran este tipo de ideologías no están literalmente adorando al diablo ni lo ven como deidad o hasta ni siquiera piensan que existe y, de hecho, las principales iglesias satánicas son en realidad organizaciones de ateísmo militante que usan iconografía satánica como símbolo de contracultura y de rechazo al cristianismo y no es porque vean al diablo como una deidad a la que adoran. Sin embargo, aún si no adoran al diablo ni creen que exista y lo ven más bien como una especie de personaje mascota para sus club de ateos anticristianos, al diablo igual no le importa porque los resultados de la gente abrazando estas ideologías son los mismos que si lo estuvieran adorando y logran el cometido de alejar a la gente de Dios haciendo que el hombre se adore a sí mismo.

Muchos de los miembros de estas organizaciones son ateos militantes y activistas políticos que pregonan este tipo de ideologías más como expresiones de militancia anti-cristianismo y su desdén por la religión en general pero que saben que el concepto de satanismo y lo que implica ofende e indigna a los cristianos siendo una de sus principales intenciones ofenderlos y porque piensan que los hace verse como rebeldes muy atrevidos e irreverentes que están orgullosos de contribuir a la destrucción del cristianismo promoviendo todas las ideas a las que la Iglesia se opone, pues el satanismo es debajo de todos sus discursos pseudo intelectuales solo hacer y creer en lo opuesto que hacen y creen los cristianos. Eso sí, de forma muy astuta y manipuladora tratar de venderlo como algo bueno e inteligente donde la narrativa es que la eliminación intelectual, cultural y física del cristianismo libera a los individuos de una gran opresión y mal – mismo motivo de porqué muchos que piensan de esa manera creen que están haciendo algo bueno – particularmente efectivo en gente que no tiene ni el conocimiento más superficial de pensamiento cristiano y teología, especialmente de lo que la Iglesia define como el bien y el mal y por qué.
Para entender más cómo es que estas ideologías satánicas piensan y saber qué hay detrás de sus ideas vamos a dar una mirada hacia las 9 afirmaciones satánicas del fundador de la Iglesia de Satán, Anton Lavey, y aunque sería muy interesante de refutar, los 7 pilares del Templo Satánico los dejaremos para otra ocasión dado que tienen una naturaleza muy parecida pero con un enfoque distinto.
Lo interesante de lo que van a ver a continuación es que no me parece que sean nefastas ni malignas solo porque las promueven estas organizaciones y solo por eso son malas por asociación, sino que son inquietantes porque dicen mucho de lo que creen en verdad y revelan una total oposición al pensamiento cristiano de una forma tan directa que ni parece que hayan tratado de ser sutiles.
1. ¡Satanás representa indulgencia en vez de abstinencia!
Más claro no podría ser, pues es un rechazo total al concepto cristiano de la templanza. El satanismo trata de apelar a la gratificación de los deseos sin ninguna inhibición y tener como motivación principal de la vida la búsqueda del placer evitando así experimentar incomodidad, frustración y dolor.
Aunque pueda parecer simple, una de las ideas es hacer ver a la abstinencia o más bien la templanza en comparación como algo aburrido y carente de placer, una serie de limitaciones arbitrarias a nuestra gratificación y lo que queremos que nos frustran, duelen e incomodan. Sin embargo, frecuentemente lo que es bueno, moral y correcto es aburrido, cansado, incómodo, no es fácil, conlleva esfuerzo y disciplina y muchas veces incluso autosacrificio, o eliminar y cambiar conductas o pensamientos y deseos, algo que muy frecuentemente no queremos hacer y que tememos abandonar porque nos gustan y encontramos reconfortantes y cómodas. Pero, tal como dijo el profesor Dumbledore en Harry Potter “Oscuros y difíciles tiempos nos aguardan. Pronto todos tendremos que decidir entre lo que es correcto y lo que es fácil”.
2. ¡Satanás representa existencia vital en lugar de sueños irreales!
Básicamente, el satanismo promueve la idea de vivir en el momento, una justificación más para el hedonismo o vivir en el eterno presente y una de las principales formas en que lo hace es afirmar que no hay vida después de la muerte. La idea es que, como no hay vida después de la muerte, solo tenemos una vida y una vez morimos nuestra existencia se acabó y es por eso que hay que gozar y obtener cuanto placer y gratificación podamos porque no hay otra vida y la moral cristiana, la templanza y demás son obstáculos y límites a que disfrutemos nuestra vida al máximo y resulta que el pecado es la puerta a obtener la más grande cantidad de placer y gratificación.
Igual, como no hay vida después de la muerte no tendremos consecuencias respecto a cómo usamos nuestra vida. Así que si lo que te limita de pecar y la indulgencia es el temor a no ir al cielo, relájate porque nada de eso existe y habrás malgastado tu vida en sueños irreales, mientras que en la existencia vital hay placer y gratificación.
Y aún si esto fuera cierto, al morir para mí significaría a lo mucho que no experimenté el estilo de vida de “sexo, drogas y rock n roll” intoxicándome con alcohol y estupefacientes, degenerando poco a poco mi mente y mi cuerpo y reduciendo a las mujeres a objetos sexuales a manipular para mi placer, pero si el que se creyó todo lo anterior que dice el satanismo muere es muy posible que la idea de vivir motivado casi enteramente por el placer y la gratificación inmediata sea no solo la causa de un enorme sentimiento de vacío, angustia y sufrimiento que tuvo en vida, sino que sea lo que autosabotee su salvación otorgada por Cristo.
3. ¡Satanás representa sabiduría pura en lugar de autoengaño hipócrita!
Acá el satanismo invita a que la gente racionalice lógicamente sus propios deseos para justificarlos y validarlos y descarte el cristianismo y la moral cristiana como ideas inútiles y obsoletas que solo buscan controlar y someter a la gente con auto engaños porque nada de eso es real. Otra de las cosas con las que anticristianos o los irreligiosos atacan al cristianismo es apelar a que cristianos son hipócritas afirmando que muchos miembros o incluso autoridades de la iglesia pregonan principios y moral que ellos mismos muchas veces no cumplen y que contradicen lo que promueven. Es verdad que hay malos cristianos y hasta malos miembros de la autoridad de la iglesia que viven en constante pecado, que han cometido pecados mortales o incluso que pueden hablar de Cristo e ir a la Iglesia pero tienen una vida totalmente anticristiana (irónicamente basada en principios de indulgencia y hedonismo) pero, si bien merecen duras críticas e incluso castigo y justicia según el caso, aludir al pecado de los cristianos no es un argumento en contra de la Iglesia y el cristianismo, es de hecho una idea a favor de la Iglesia.
La razón es que es evidencia de que la naturaleza humana es imperfecta y el hombre es propenso al pecado y constantemente le fallamos a Dios. Nuestro señor Jesús no pocas veces hace referencia al tema de la hipocresía y, por dar unos ejemplos, habla extensamente del tema en Mateo 23, también está la parábola del fariseo y el cobrador de impuestos y en el milagro del exorcismo en la sinagoga de Cafarnaún, donde nuestro señor nos advierte que pertenecer a la Iglesia no es suficiente para alejarnos del mal y el pecado y, aún siendo miembros, si no ponemos en práctica los principios y las enseñanzas de Cristo no solo nos alejamos de la virtud, el crecimiento personal y el carácter heroico, sino que también prácticamente estamos viviendo rechazando a Dios y su camino y somos individuos que solo superficialmente son cristianos pero que viven en pecado, soberbia e indulgencia. No es lo mismo conocer el camino y caminarlo, y es algo que Jesús deja en claro.
Jesús nunca dijo que solo por estar en la Iglesia la persona alcanza virtud automáticamente y advierte que quienes solo pertenecen de forma nominal pero que no ponen en práctica las enseñanzas de Dios están en riesgo de corromperse y auto sabotear su propia salvación tanto como una persona que está rechazando activamente a Dios.
Por supuesto, al igual que todos los pecadores, a los hipócritas se les alienta a ver el error en el camino que están escogiendo y regresar al camino de la virtud y el carácter heroico. La redención y el perdón de nuestros pecados siempre es posible pero requiere de un cambio de actitud genuino.
Esto de descartar toda una institución por la hipocresía de algunos miembros me gusta comprarlo con una persona rechazando ir al gimnasio porque hay no pocos miembros que ni hacen ejercicio como hábito ni se alimentan sanamente de forma auténtica y solo van para coquetear, tomarse fotos o hacer un teatro para los demás en redes sociales pero que no están en el gimnasio ni perdiendo peso ni mejorando condición física o ganar musculatura y que hasta quebrantan las dietas de los nutricionistas y las rutinas de los entrenadores del gimnasio. Rayos, hasta un entrenador de esa cadena de gimnasios es alcohólico.
Y es un poco soberbio pensar que solo quieres asistir a un gimnasio donde haya personas igual de perfectas que tú cuando no lo eres.
Es verdad que esas personas hipócritas existen y qué mal por ellos, pero las cosas que hacen ellos no deben ser motivo para que tú como persona no vayas al gimnasio y hagas lo que tengas que hacer y muestres un compromiso auténtico a ejercitarte y vivir un estilo de vida saludable, pues por muy hipócritas que puedan ser esas personas eso no quita el hecho de que ese lugar, si vas a lo que tienes que ir y te concentras en tu desarrollo personal en el gimnasio sin pensar si los demás lo hacen bien o mal o si son o no hipócritas y muestras un compromiso, te llevará a perder peso, mejorar tu condición física y hasta ganar músculos.
Y las personas que son hipócritas nunca es tarde para que vean el error que están cometiendo y decidan tomarse en serio su membresía. Y es más, si tú estás en ese gimnasio y logras ser un miembro estrella, puedes tú mismo ayudar a los demás a tomar el camino que tú y mostrarles lo que pueden obtener si muestran un compromiso.
Y sí, seguramente habrá momentos donde te de pereza ir al gimnasio, habrá días donde te valdrá un comino la dieta y donde incluso pases una semana entera ignorando ir al gimnasio o siendo negligente con ciertas partes de la rutina. Puede ser que incluso un día renuncies a todo y en cuestión de tiempo empieces a perder muchos de los resultados que obtuviste, pero puedes volver si te lo propones y estás decidido a retomar tu compromiso para contrarrestar esos días donde te ganó la pereza. Pero puede ser tal vez que no lo vuelves a hacer, y esto tarde o temprano tendrá consecuencias en en tu cuerpo, particularmente si decides ser indulgente con todos los impulsos de pereza y antojos que el compromiso con tu estilo de vida mantenía a raya y llegues a ser una sombra de lo que fuiste o que nunca llegues a tener el bienestar físico que habrías logrado obtener quedándote en el gimnasio.
Este ejemplo del gimnasio es básicamente como vemos en términos muy simplificados a la iglesia, pero es una buena comparación.
Sin embargo, una objeción común de las personas que rechazan el cristianismo es que si como humanos no podemos estar a la altura o es muy difícil cumplir los estándares de Dios estos no existen o no deberían existir. Lo anterior es bastante ingenuo ya que objetivamente un mundo sin pecado sería perfecto y argumentar lo contrario es deshonesto. La razón de porqué no podemos lograr un mundo sin pecado no es porque los estándares de Dios no existan ni porque no sean buenos sino porque nuestra naturaleza como humanos es imperfecta y propensa a las tentaciones, por lo que entonces con eso en mente sería mejor reconocerlo y aspirar a ser mejores como personas siguiendo el ejemplo de Cristo y los santos al desarrollar sabiduría, crecimiento personal, virtud y carácter heroico y minimizar todo lo posible el pecado dentro de nosotros mismos y entre los nuestros y nuestra comunidad y dejar un legado positivo en el mundo donde pese a nuestra inclinación natural al pecado logramos vivir en virtud y ser héroes para muchas personas. Sin embargo, en lugar de eso, los que rechazan el cristianismo piensan que es mejor, en resumen, quejarse de que es muy difícil y rendirse a tratar.
El satanismo dice que los estándares de virtud que tiene Dios para nosotros no son reales e, incluso si lo fueran, las personas no pueden estar a la altura y es muy injusto.p y hay que rebelarse.
No es hipócrita afirmar que el pecado está mal y luego pecar en un momento de debilidad y arrepentirse de ese pecado y decidir hacer algo bueno o acercarnos más a Dios para mejorar como personas. Lo hipócrita es pregonar que el pecado está mal y luego pecar sin arrepentimiento ni intentos por mejorar.
Muchos no quieren admitir pecados que cometen ni que lo que hacen, dicen o piensan o dejan de hacer está mal por orgullo y prefieren hacer maromas ideológicas para justificar y validar sus pecados y su rechazo a el cristianismo para continuar viviendo en hedonismo y acusar a los que lo critican de ser hipócritas o de tener sueños irreales.
4. ¡Satanás representa amabilidad a aquellos que lo merecen en lugar de amor desperdiciado en ingratos!
Esto es una oposición hacia el nuevo mandamiento dado a nosotros por Jesucristo, y es “amaos los unos a los otros; como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros. Vuestro amor mutuo será el distintivo por el que todo el mundo os reconocerá como discípulos míos” que podemos encontrar en Juan 13,34-35.
La cuarta afirmación satánica es particularmente astuta porque utiliza el término “amabilidad”, pero ser amable (cuya definición es “afable, complaciente, afectuoso”) con una persona no es lo mismo que amarla, porque si amas a una persona implica que vas a buscar hacer lo que objetivamente está en sus mejores intereses y por su bien o al menos evitar hacer cosas que sean malas para esa persona, aún si no es lo que la persona quiere oír o hacer y le incomoda, le frustra o hasta le duele. Ser amable no es ni ser bueno o hacer cosas buenas, es es solo ser complaciente y afectuoso, y de hecho es totalmente posible ser amable con alguien y aún de esa forma hacerle mal y explotarlo o lastimarlo.
Por ejemplo, un muchacho que está cayendo en las drogas tiene parientes y amigos que lo aman y están tratando de hacer que vea el error que está cometiendo. El muchacho no quiere dejar las drogas y le incomoda muchísimo o y le frustra de gran manera tener a sus padres, hermanos y amigos criticando sus hábitos y su estilo de vida y estando enojados con él, desaprueban a los nuevos amigos con los que se junta que son mala influencia e incluso le molesta que sus padres anden haciendo planes para tratar de llevarlo a ver a un profesional que pueda ayudarlo o hasta llevarlo a una clínica de rehabilitación o hasta que amenacen con que si no deja las drogas ya no le apoyarán económicamente como una forma de desincentivar que siga su consumo.
La familia y amigos de ese muchacho quieren hacer lo mejor para él y separarlo de ese mal, pero dado que al muchacho le gusta las drogas y ya las ligó incluso a su identidad ve todos estos esfuerzos por sacarlo de ese ambiente y relaciones como algo cruel, fastidioso y hasta cuestiona que su familia lo ame porque ellos no están siendo complacientes con lo que él quiere y no están validando su adicción y lo mucho que le gusta.
Sin embargo, el muchacho tiene una novia que también es drogadicta y siempre lo recibe con los brazos abiertos en su casa, se pone de su lado y le da la razón en todo cuando se queja con ella y habla mal de sus padres y amigos, le dice que su estilo de vida y sus hábitos y lo que piensa está bien, son justificables y no debe cambiar validándole todo, se droga con él y le da drogas y lo trata con muchísima ternura y afecto y lo hace juntarse con personas que lo están apoyando y lo alientan a quedarse y descender más en todo ese mundo.
Para el muchacho, quien de verdad lo ama son su novia y sus nuevos amigos, mientras que sus parientes y amigos que andan queriendo ayudarlo son unos ingratos que no merecen más un buen trato y ahora los ve como enemigos inclusive.
La novia y los amigos nuevos son amables con el muchacho, pero le están haciendo un enorme mal.
Si las drogas no te sirven como ejemplo, reemplázalo con malas decisiones de pareja, de amigos que están en malos pasos, de aficiones o comunidades o subculturas dañinas o peligrosas, de malas decisiones de carrera, que se metan a negocios o decisiones económicas que no tienen futuro y tendrán malas consecuencias, de decidir ya no hacer ciertas cosas que eran para su bien, y demás o cualquier cosa que implique complacer sus deseos cuando es evidente que eso no la lleva a nada bueno.
Hay pocas cosas tan peligrosas como que una persona que anda en malos pasos tenga un apoyo o una red de apoyo que alcahuetea y le dice lo que quiere oír porque verá a esa persona o personas como quienes de verdad la acepta, ama y apoya y verá a quienes quieren guiarlo por el buen camino o sacarlo de esas creencias, relaciones o acciones por su bien como sus adversarios. Satanás te va a decir lo que quieres oír y te convencerá de que quienes quieren apartarte de el camino incorrecto que estás eligiendo no te aman y están actuando en tu contra.
También, al decir que la amabilidad se reserva a solo ciertas personas que subjetivamente la persona considere que lo merecen y el resto hay que rechazarlas de ser sujetos de amor por ser a juicio de la persona “ingratos” da a entender que para el satanismo no hay un valor universal por la vida humana y es más bien de valor condicional.
Esta afirmación dice que las personas solo deberían ser amables con aquellas que piensen como nosotros, que no reten, cuestionen, critiquen o invaliden nuestras creencias o acciones y si lo hacen son ingratos que no merecen buen trato de nuestra parte, quizá ni empatía o respeto.
5. ¡Satanás representa venganza en lugar de dar la otra mejilla!
Bastante sencillo y claro: tratan de vender la idea de que el cristianismo fomenta la pasividad y la aceptación de la injusticia y que Satanás ofrece la idea de infligir daños en respuesta a una ofensa o daño hecho por alguien más previamente, no tanto con la idea de que es justicia, sino que es el obtener satisfacción de provocarle mal o daños a alguien como respuesta a sus agresiones y gratificarnos con la idea de que ahora a esa persona le provocamos un sufrimiento igual o superior al que nos hizo sentir.
El rechazo del satanismo al concepto de “dar la otra mejilla” es referencia a una parte del Sermón del Monte, uno de los discursos más importantes de Jesús que enfatiza muchas de las bases de la moral cristiana y, entre otras cosas, nos da una enseñanza sobre la no violencia y amor al prójimo.
Si bien es una gran injusticia ser objeto de agresiones de una persona, la venganza se nutre del odio, de la ira, del resentimiento y el revanchismo, la violencia y la idea de que sólo se puede obtener satisfacción y gratificación provocándole sufrimiento a la otra persona. Puede ser legítimo por completo exigir justicia, pero la venganza lo que hace es tomar una ofensa y agresión como el camino y justificación para corromper a la persona poco a poco dado que implica alimentar sentimientos e impulsos bastante oscuros, incluso deshumanizando a la persona de la que queremos vengarnos y verla como inferior y, en ese estado, podemos ser capaces de hacer actos muy malignos.
Por decir un ejemplo, básicamente los peores asesinatos en masa y genocidios del siglo pasado llevados a cabo por regímenes totalitarios y organizaciones terroristas justificaron la matanza de miles o hasta millones de personas (inclusive de incontables inocentes y personas que nunca tuvieron nada que ver con facciones políticas con las que estaban enfrentadas) deshumanizándolas por completo y viéndolas como inferiores dado que para los fanáticos y militantes de esas ideologías políticas sus enemigos ya no eran seres humanos, sino que eran seres de los cuales había que ejercer un enorme y colectivo acto de venganza y hasta de su exterminio si lo veían necesario. Ese sentimiento de venganza fue racionalizado, validado y justificado por ideologías políticas sin las cuales una gran cantidad de gente no habría estado dispuesta a agredir e incluso hasta matar a otro ser humano a una escala masiva y donde la respuesta a la agresión o males hechos previamente por sus enemigos políticos fue desproporcionada y excesiva a niveles completamente siniestros.
Una persona buscando venganza puede ser capaz de abandonar por completo sus códigos morales y el concepto del bien y el mal, puede justificar provocar sufrimiento, usar violencia y hasta matar, puede volverse una persona cuya capacidad de empatía se ve muy dañada, puede ser capaz de hacerle daño a terceros inocentes si eso implica hacer daño al sujeto de la venganza e inevitablemente la persona se va a corromper y va a sufrir por sus acciones y sus sentimientos ahora degenerados.
Además, como lo delimita el Catecismo de la Iglesia Católica, se reconoce el derecho a la legítima defensa y la importancia de protegerse a sí mismo y a los demás de daños injustos, algo arraigado en la dignidad de la persona humana y en la responsabilidad de proteger la vida y el bienestar de uno mismo como de los demás y es un deber cuando de trata de proteger a los inocentes, pues no hacerlo es negligencia moral.
La Iglesia reconoce que hay personas malas y corrompidas que pueden y buscan hacernos daño y agredirnos y es legítimo y un deber no solo defenderse, sino que también cultivar el carácter heroico y las destrezas y habilidades necesarias para poder protegernos a nosotros mismos y sobre todo a los nuestros y los inocentes.
Sin embargo, la legítima defensa y la justicia a diferencia de la venganza no debe ir más allá de lo necesario para neutralizar la amenaza y debe ser proporcionada a la amenaza. La enseñanza de Jesús sobre “dar la otra mejilla” se centra más en la actitud interior y código moral de rechazar la venganza y cultivar la misericordia incluso hacia los enemigos, pues se advierte de los peligros del odio, el resentimiento, la ira y la venganza.

6. ¡Satanás representa responsabilidad a los responsables, en vez de preocupación por los vampiros psíquicos!
Antón Lavey definía a los “vampiros psíquicos” como personas que a su parecer eran débiles emocionales o espirituales que drenan energía de las otras personas y las veía como personas necesitadas, manipuladoras y dependientes que usan a los demás para alimentar su sentido de autovalidación y estabilidad emocional.
Lavey afirmaba que había que reconocer a ese tipo de personas y evitarlas. Si bien puede ser verdad que existen personas que manipulan, explotan o abusan emocionalmente a otros para su propio beneficio y uno debe poner un alto cuando esa persona no pretende cambiar para bien, está afirmación es contraria al énfasis que la Iglesia tiene sobre el autosacrificio, la caridad, la compasión y servir a los más necesitados y tener empatía, perdón y entendimiento hacia aquellos que están luchando emocional o espiritualmente, impulsando a que tratemos de ver lo mejor en las personas y ayudarles a superar sus retos.
Algo más es que ayudar a las personas y a los necesitados es inevitablemente una labor que implica trabajo, tiempo, energía y autosacrificio, desde si son nuestros amigos o familia hasta desconocidos y es parte de la vida ayudar, así como de disfrutar de la alegría y dicha de los buenos momentos de nuestros seres queridos, también lo es dar genuino apoyo y consuelo a las personas en sus momentos más bajos o difíciles, de la misma forma en que nosotros pasamos por momentos duros y buenos y así como podemos ser fuente de alegría, dicha, ayuda y apoyo para los demás en nuestros buenos momentos, nosotros también necesitamos del apoyo y ayuda de los demás cuando estamos pasando por momentos difíciles. Es inmoral solo aceptar a alguien cuando nos proveen de alegrías y buenos momentos pero rechazarlas y dejarlas a su suerte cuando están pasando por una mala situación y necesitan nuestro apoyo y ayuda, que es básicamente lo que el satanismo propone priorizando la comodidad máxima y donde las personas solo valen mientras no te incomoden ni impliquen que debes abandonar el perpetuo sentido de gratificación.
Por supuesto, la Iglesia también enseña que las personas pasando por momentos difíciles no deben ser pasivas y a la vez que reciben ayuda y apoyo de los demás deben hacer un esfuerzo por mejorar y ayudarse a sí mismas a superar sus dificultades y sus conflictos tanto a nivel interno como externo y no solo aprovecharse de la buena voluntad de los demás sin hacer nada para salir adelante por sí mismos.
Por ejemplo, está mal ser una persona con muchos conflictos internos, emocionales e incluso de salud mental buscando ayuda, apoyo y consuelo de sus amigos, parientes y seres amados pero no hacer nada para buscar ayuda psicológica o entender y controlar o solucionar las cosas que te están afectando porque allí solo estás usando el amor y buenas intenciones de los demás para satisfacer temporalmente tus necesidades afectivas y emotivas y tu ego pero no estás haciendo nada para mejorar como persona.
Pero no lo es si en el ejemplo anterior a la vez que recibes ayuda de tus amigos y familia decides ir a terapia y aprender y controlar o solucionar lo que te está afectando y logras superar esos retos siendo una mejor persona y alguien a quien tus seres amados pueden ver como una fuente de ayuda y apoyo.
Mismo ejemplo que si una persona entrara en gran pobreza o pierde su trabajo y buscara ayuda en sus amigos y familia pero luego de forma consciente o inconsciente le es más cómodo que lo mantengan y deja de buscar empleo o alguna forma de lograr salir adelante por su cuenta por pura pereza, dónde está explotando a los demás para su satisfacción. La ayuda del prójimo se agradece siendo una mejor persona y logrando superar nuestras dificultades y retos con nuestros propios esfuerzos y ser en el camino alguien más fuerte que pueda ser también de ayuda para otros.
El satanismo también con su afirmación impulsa a que la gente perciba a quienes no alimenten su ego, no sean funcionales a su placer y gratificación, no validen sus acciones y creencias o critiquen, cuestionen o rechacen sus malas acciones o ideas como “vampiros psíquicos” justificando así verlas con rechazo y desprecio, haciendo que algo implícito es que solo deben importarte las personas que no sean una amenaza para tu ego, tus deseos egoístas o tu gratificación.
7. ¡Satanás representa al hombre como solo otro animal, a veces mejor y frecuentemente peor que aquellos que caminan en cuatro patas, quien, debido a su “desarrollo espiritual e intelectual divino” se ha convertido en el animal más feroz de todos!
Esto es bastante básico, trata de equivaler al ser humano con los animales y rechazar la idea de que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios y cuestiona la idea de el valor de la vida humana. El ser humano entonces no es especial.
8. ¡Satanás representa todos los llamados pecados, dado que todos ellos llevan a la gratificación física, mental o emocional!
Esta es una de las peores afirmaciones y es una de las más peligrosas dado que la gratificación y el placer no es lo mismo que la dicha o la felicidad.
Hay que enfatizar algo: es innegable que las personas al caer en pecado usualmente sienten gratificación y placer pero luego de que ese sentimiento y sensación de placer se extingue (y siempre lo hará) la persona entra en sufrimiento, angustia, culpa y un sentido de vacío. Quizá no mucho al principio pero a medida que te entregas a tus deseos e impulsos y caes en el hedonismo ese sentimiento de sufrimiento, ansiedad, culpa y vacío con el tiempo va a empeorar y para mantener sedada esa sensación y distraerte vas a pecar más e incrementarás tu indulgencia.
Es un ciclo bastante destructivo dado que cuando un pecador se queda el suficiente tiempo reflexionando y pensando acerca de su vida, las decisiones que ha hecho, las acciones que toma y las creencias que lo han llevado a ese camino tarde o temprano esa persona va tener momentos donde ve una imagen clara de el error que está cometiendo y verá la naturaleza inmoral, de decadencia, corrupción y de sufrimiento de sus pecados y los efectos que ha tenido en su vida y en los de su alrededor.
Eso al pecador no le gusta nada: le invade la culpa, siente ansiedad y una gran incomodidad y la serie de autoengaños se comienzan a desmoronar y dan lugar a sufrimiento, angustia y un sentimiento de vacío donde cuestionan si todo lo que hicieron valió la pena y donde, lo peor de todo, es que comienzan a pensar que tal vez toda la gente que trató de ayudarles a ver el error que estaba cometiendo y que criticaron, cuestionaron y juzgaron negativamente lo que hacían quizá tenían algo de razón. Algunos tienen una epifanía que los hace cambiar y apartarse del camino del pecado y el hedonismo, pero muchos prefieren matar ese sentimiento tanto como sea posible y también proteger su orgullo y su ego de admitir que lo que hicieron estuvo mal y no era correcto.
Satanás sin embargo sabe que la persona necesita estímulos y distracciones constantes para mantener los momentos de claridad a raya y el alimentar la indulgencia y mantener a la persona en pecado, si no la hace estar en un estado de gratificación constante, al menos la hace sentirse funcional y sin cuestionar si todo eso de verdad le ha dado felicidad ni la realidad de sus pecados y a donde ha conducido su vida.
Lo peor es que el pecado y el hedonismo es parecido a una droga: la persona se empieza a acostumbrar a “dosis pequeñas” y para lograr mantener la intensidad inicial de la gratificación y el placer deben meterse más dosis para replicar el efecto y cuando eso ya no funcione entrar a drogas más fuertes y peligrosas.
Satanás básicamente nos trata de alejar de Dios, de la virtud, del carácter heroico, del crecimiento personal y trata de corrompernos y degenerar progresivamente nuestra mente, cuerpo y espíritu y hacer que autosabotiemos nuestra salvación con la promesa de placer y gratificación, uno que tarde o temprano lleva a la persona a su autodestrucción y un legado negativo en el mundo.
9. ¡Satanás ha sido el mejor amigo que ha tenido la iglesia y la ha mantenido activa todos estos años!
Esto es básicamente otra forma de decir que la iglesia busca manipular o controlar a las personas usando el miedo al diablo argumentando que sería mejor que la gente se deshiciera de ese control o sometimiento descendiendo a un estado de pecado perpetuo y de hedonismo sin restricciones.
Una vez más, la máxima satánica y ocultista es “Haz lo que quieras”.
La libertad total sin orden y sin moral incentiva a las personas a perseguir sus métodos preferidos de autodestrucción.
La Iglesia ha sobrevivido y está activa a pesar de Satanás, y vaya que en los siglos ha tratado de deshacerse de los cristianos y no ha logrado nunca su cometido ni nunca lo hará. Aunque sus esfuerzos vaya que han sido progresivamente más siniestros y en particular desde el siglo pasado.
Volviendo a Nefarious, aún si no te suscribes a la idea de que los demonios son reales o que las posesiones demoníacas existan, es perfectamente posible ver las posesiones como un proceso simbólico pero muy real donde una persona progresivamente va perdiendo su virtud, se corrompe y se degenera al punto de perder la moral e incluso parte de su humanidad a medida que poco a poco se entrega a tentaciones y pecados más grandes y por cada vez más tiempo, llegando a justificar y defender la antítesis de los valores y moral cristianos aún sin estar conscientes de eso y a niveles prácticos siendo un rechazo a Dios prefiriendo una adoración a uno mismo y a la gratificación.
Dragón a enfrentar esta semana: El dragón del hedonismo y la gratificación como modo de vida.
Consejo para enfrentar al dragón de esta semana: recuerda que de las principales formas que los dragones te apartan del carácter heroico, la virtud y el crecimiento personal y te corrompen y degeneran es tratando de convencerte de que te entregues a tus deseos y tus impulsos.